Arte Egipcio

By Jezzarte - enero 28, 2019




o que compone al mundo cotidiano es lo que más influencia en el pensamiento, la iconografía y cosmogonía presentes en la civilización egipcia, pues tiene más de natural que sobrenatural. Donde a diferencia de los pueblos acentuados en Mesopotamia con un entorno árido y poco benevolente, el optimismo y fertilidad de la zona donde habitaba el pueblo egipcio eran lo suficientemente importantes como para obtener un lugar dentro de su mitología, y con ella, en su religión y poder. Aspectos que se verán reflejados en el arte producido.

Egipto se encontraba ubicado en los alrededores del río que desde África Central atraviesa el desierto hasta desembocar en el mar Mediterráneo, mejor conocido como el río Nilo. Este, contaba con corrientes amigables, facilitando la navegabilidad. Pero además, en su composición había nutrientes que hacían fértiles las orillas y su interior. Es por ello por lo que el Nilo y el sol serán los elementos más importantes en la vida de los egipcios. De ambos dependía la prosperidad y el alimento.  

De esta manera, el territorio va a dividirse en Alto Egipto y Bajo Egipto. El Alto fue la zona sur, que se extiende desde Menfis hasta Asuán. Donde hay menos tierra fértil, pero la ganadería será la actividad característica. Llamada también tierra roja, tendrá elementos simbólicos para reconocerla: la flor de loto y la corona blanca. Mientras que el Bajo Egipto es la región delta del río, que abarcaba desde Alejandría hasta la costa del Mediterráneo, en el Puerto Saíd. Conocida como tierra negra, estaba representada por el papiro y la corona roja. Si estos elementos se veían juntos, representaban a un Egipto unificado.

La procesión cultural, es una de las más largas en la humanidad. Por lo que se le divide en etapas: Reino antiguo, que data del 2649 al 2152 a.C. Donde se encuentran las reconocidas pirámides de Guiza y nace un estado próspero. Llegaría a su fin cuando la sequía y hambruna aterrorizaron al pueblo, y la figura del faraón se debilita, dando como resultado la división del país. El Reino medio del 2040 al 1640 a.C., en el que Egipto se unificó de nuevo y el poder estuvo a cargo de los hicsos; hasta el momento en que los egipcios consiguieron expulsarlos, se daría el comienzo del Reino nuevo, del 1550 al 1070 a.C.  En el que el pueblo se convertiría en una potencia militar dotada. Los majestuosos templos de Karnak y Luxor, y los hipogeos en el Valle de los Reyes y las Reinas tendría lugar. Su esplendor terminaría con la última reina, Cleopatra.

Sin embargo, a pesar de contar con demasiado tiempo de historia, Egipto fue un territorio organizado y estable desde sus comienzos. En su evolución, gracias a su casi total aislamiento con otras culturas, contará con un estilo artístico constante, poco permeable de influencias externas. Hasta la llegada de los griegos y romanos, o la única ocasión interna, con Akenatón en el Imperio Nuevo.

Contaban con una organización sociopolítica basada en tres aspectos principales, que eran la autoridad civil representada por el faraón, el mediador entre los dioses y el hombre. La religión y el culto a los muertos, como una creencia de vida en ultratumba. En primera instancia, el faraón, quien fue el jefe del ejército y sumo sacerdote, después seguido de la aristocracia, con sacerdotes y nobles; a continuación los escribas, el ejército y el pueblo. Existía como un poder absoluto y centralista: la monarquía. Basada en la relación de sangre, conocida como dinastía. El faraón tendrá un desarrollo iconográfico de poder, donde se le plasmaba por lo general en solitario. Con rasgos de frontalidad, hieratismo, simetría y perspectiva jerárquica. Puesto con atributos que ayudan a su identificación, como lo son la barba ritual o las coronas de un Egipto unificado.

El segundo aspecto es la religión, característica por ser politeísta y compuesta de una cosmogonía diversa, fue instaurada en el ámbito político. Donde está incluida la divinización del faraón y su ceremonia de coronación. Cada ciudad tenía un dios supremo y otros secundarios. Se presentan en formas complejas, antropomórficas o mitad animales, mitad humanas. Pero, a pesar de su ser enaltecido, también podían morir.

La muerte, será el aspecto de mayor importancia en la historia de Egipto. Sus creencias funerarias se conocen principalmente a través de los rollos de papiro que las narran, y por medio de la lectura de los jeroglíficos, los cuales son el sistema de escritura más importante de los cuatro que tuvieron lugar en la región. Estos se pudieron comenzar a traducir gracias a que Napoleón encontró “la piedra de Rosetta”, donde estaba escrito un texto en tres lenguas distintas. Una de ellas sería el griego, de ahí se traduciría al francés y comenzaría la habilidad de poder leer esta escritura que en su momento fue exclusiva para la nobleza y aspectos religiosos.

Los egipcios creían en una vida después de la muerte, sus versiones y pasos a seguir en ella se encontraban distribuidos en los cuatro libros de los muertos. Donde la vida eterna era la meta a conseguir, pues la actual era tan sólo un estado de transición. Es por esto, que el proceso de tratamiento de un cuerpo, conocido como momificación, implicaba un gran ritual.

Cuando el cuerpo dejaba de funcionar, se procedía a realizar un ritual de apertura de la boca, luego se extraía el corazón y las vísceras, que serán puestas en vasos canopos para su conservación. Pues se creía que a el muerto le podrían hacer falta en el proceso de llegar a el más allá, como lo sería el corazón en el momento de ser pesado por el tribunal. Después se procedía al secado del cuerpo durante aproximadamente sesenta días, para luego vendarlo e introducir entre los giros de las vendas, objetos y amuletos mágicos. Se le colocaba una máscara y se le introducía dentro de un sarcófago, el uso del material dependía en el estrato económico. Este se colocaba dentro del respectivo mausoleo, y junto a él se dejaban sus órganos, riquezas o lo que él quisiera llevar a la siguiente vida. Luego se procedía a sellar la cámara y la puerta. Todo el proceso iba acompañado de oraciones diversas.

Estos tres aspectos, no solamente bases de su estructura social, hará deudor a su arte como un medio de sus concepciones. Que tienen por objeto la magnificencia del poder y la glorificación de la vida de ultratumba, respondiendo a una creencia firme en la eternidad y perfección de la vida, tal como podían observarla en su alrededor.

La existencia más memorable del arte egipcio es sin duda alguna, la arquitectura. Es de dimensiones colosales, y por sus materiales empleados, destinada a perdurar en el tiempo. Los modelos más representativos serán los templos y tumbas. Estas últimas siempre tendrían la intención de preservar y proteger los cuerpos para la eternidad, incorruptos gracias al embalsamamiento, y conservar eternamente el alma. Comenzaron siendo enterramientos simples con túmulos, lo cual, con el tiempo evolucionaría a las mastabas. Que son una construcción sobre una cámara sepulcral. Con una estructura externa formada por paredes que estaban inclinadas hacia un centro común.

Si se construyen varias mastabas superpuestas, se obtendrá el emblema de poder del estado del Reino antiguo: las pirámides. Estaban recubiertas en la superficie, con placas de alabastro y en su interior hay varias cámaras y corredores que fungían de diferentes maneras. Una de las cámaras, era la del sepulcro, ubicada de manera subterránea; las demás eran provisionales o falsas. Para evitar el frecuente saqueo que existía.

Pero no fue suficiente, por lo que pronto la idea de las pirámides se abandonaría para comenzar a dar una interiorización al espacio funerario: los hipogeos. Estos contaban con una fachada oculta al exterior, en la que detrás se situaba un corredor, con diferentes capillas o dependencias, y en el fondo, la cámara sepulcral. El único recurso que fue usado en todas estas estructuras fue la decoración. Hecha con pinturas y relieves con motivos sacados de textos religiosos.

En lo que a construcciones de templos se refiere, la tipología es muy abierta. En primera instancia estaban dedicados para albergar la imagen del dios al que se le atribuyera la edificación, y no estaban abiertos para el pueblo. Se les puede dividir en tres según su finalidad: clásico, funerario y astral.
Por otro lado, existe una división en la escultura, la solemnidad contra la cotidianidad. Sin embargo, sobre cualquiera de estas afectan dos leyes principales: la frontalidad y el principio de jerarquía. La primera se trata de presentar a los personajes de frente, sin torsión en ninguna parte del cuerpo. Sin embargo, en el caso de los relieves y pintura, esto se traduce a una representación de las figuras con cabeza y piernas de perfil, y ojo y torso de frente. Con el propósito de hacerlas más reconocibles. En tanto a el principio de jerarquía, se trata de representar a mayor o menor escala a los personajes según su importancia.

En el caso de la pintura y el relieve, adquirieron gran desarrollo en Egipto. Están cargados de convencionalismos y estereotipos al igual que la escultura. Desde el punto de vista técnico, en la pintura se utilizó frecuentemente el fresco, retocado posteriormente con temple en seco. Con funciones decorativas y ornamentales, suelen complementar las arquitecturas funerarias con representaciones religiosas o temas cotidianos. Existía el predominio del dibujo sobre el color, que suelen ser duros y planos sin degradación tonal, pues el trabajo se hacía por cuadrillas.

Las características que utilizaron los artesanos podrían traducir al arte egipcio en un arte rígido. Sin embargo, no se trata de un arte carente de vida, sino pleno de ella. Cuando se piensa en las grandes civilizaciones del pasado, es posible, que la mayor imagen representativa de ellas sean las pirámides. Debido a que son las únicas sobrevivientes de la lista de las siete maravillas de la antigüedad. Tanto la civilización como el arte de Egipto es grandioso, eterno y optimista. Grandioso porque busca convertir los monumentos en colosales alcances de lo divino; eterno porque emplea materiales perdurables y por su estilo establecido a lo largo del tiempo; y optimista por la serenidad que le otorga a la vida feliz en el más allá.

______________________________



BIBLIOGRAFÍA, REFERENCIAS Y RECURSOS 


LIBROS 


Gombrich, E. H. (1990). Historia del Arte. España: Alianza Editorial. 

National Geographic. Maravillas del Mundo Antiguo. RBA Publicaciones, S.A. España. 1994. 
Bottéro, Jean. La religión más antigua: Mesopotamia. Editorial Trotta. Madrid. 2001. 
Lozano Fuentes, José Manuel. Historia del Arte. Co. Editorial Continental. México. 2001. 
Crónica de la humanidad. Plaza & James, Editores, S.A. Barcelona. 1984. 
Hauser, Arnold. Historia Social de la Literatura y el Arte. Tomo I, Desde la Prehistoria hasta el Barroco. Ed. Debate. España. 1998. 
Elliade, Mircea. Historia de las creencias y las ideas religiosas. Editorial Cristiandad. España. 1978. Rose-Marie & Rainer Hagen. Los secretos de las obras de arte. 100 obras maestras en detalle. Editorial Taschen. 

MUSEOS 


Museo Nacional de las Culturas. Apartado del Mediterráneo. 

Metropolitan Museum of Art. Visita virtual. 
British Museum. Blogs. 
Louvre Museum. Acervo fotográfico.

RECURSOS 


Audilibro de Gombrich, E. H. Historia del Arte. 

Videos producidos por CrashCourse. 
Documentales: Más humano que lo humano. La historia del arte en tres colores. BBC.

PÁGINAS WEB


Idea. Concepto y proceso en la creación artística. Gombrich, E. H. Recuperado de: http://aliciaciudad.blogspot.es/1229466840/gombrich/ 

El arte de los pueblos de la Mesopotamia. Tomasini, Maria Cecilia. Recuperado de: http://www.panoramadelarte.com.ar/archivos/Cora%20 Dukelsky/Mesopotamia/MESOPOTAMIA.pdf La relación arquitectura, cultura e ideología. Cantillo María Camila. Recuperado de: http://www.ecohabitar.org/la-relacion-arquitectura-cult ura-e-ideologia/



  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios