uando los primeros testimonios escritos tienen lugar, ignoramos
naturalmente casi todos los progresos y cambios que sufrió la humanidad antes
de su presencia. Sin embargo, se conoce que ahora se encontraban en sociedades
más estructuradas. Lo que daría paso al florecimiento de las primeras
civilizaciones.
Estas van a tener lugar en una región con muchas culturas inmersas; Mesopotamia es el nombre que designa a la región que las resfuarda, entre los ríos Tigris y Eufrates, al pie de las montañas de Turquía para desembocar en el Golfo Pérsico. Ha sido llamada "la cuna de la civilización" pues ahí se conformaron las pautas sociales, políticas y religiosas que continúan presentes hasta el día de hoy.
Estas van a tener lugar en una región con muchas culturas inmersas; Mesopotamia es el nombre que designa a la región que las resfuarda, entre los ríos Tigris y Eufrates, al pie de las montañas de Turquía para desembocar en el Golfo Pérsico. Ha sido llamada "la cuna de la civilización" pues ahí se conformaron las pautas sociales, políticas y religiosas que continúan presentes hasta el día de hoy.
Aquella región estuvo habitada por civilizaciones
que nacerán casi simultáneamente. Cada una de ellas tuvo distintos reinos e
imperios. En el momento en el que emergía uno nuevo, sometía y dominaba a los
pueblos que habitaban en las tierras que observaban convenientes. Logrando así,
una sobreposición de culturas. Imponiendo sus propias creencias y costumbres.
Pero a su vez, apropiándose de las ya existentes. Como resultado, tanto la
mitología como el arte se fue enriqueciendo y complejizando mientras el tiempo
transcurría.
Su estructura social era jerárquica. Estaban
formadas en primera instancia, con el concepto ciudad-estado, para luego
transformarse en imperios, donde la autoridad recae en una figura denominada
emperador. En ambas existieron en términos generales un patrón de división
presente: la clase dominante compuesta de los gobernantes, quien en ocasiones
era el general y sacerdote al mismo tiempo, funcionarios, soldados y
comerciantes; y la clase dominada, en la que se encontraban los campesinos,
artesanos y esclavos.
Los pueblos que tuvieron lugar en Mesopotamia fueron
los sumerios, acadios, babilonios, y asirios. Quienes se encontrarán en
continúa guerra y conquista, puesto que la igualdad social que existía en la
prehistoria donde no había presencia de los excedentes, terminó. Ahora se
podían acumular riquezas y terrenos. El extenso territorio se dividía en Alta y
Baja Mesopotamia. La primera, ubicada al norte, fue habitada por asirios. La
segunda, en el sur, fue habitada por sumerios y acadios. Siendo los nombres de sus
territorios Asiria, Sumer y Akkad respectivamente. Las principales ciudades
fueron: Nínive, Nimrud, Assur, Tell-Asmar, Lagash, Mari, Babilonia, Uruk, Ur,
Eridu, Khorsabad y El-Obeid.
Inicialmente, los
sumerios, organizados en ciudades-estado, fueron los más poderosos. Sin
embargo, el rey Sargón proveniente de Akkad, invadió las ciudades sumerias y
creó el imperio sobre los ahora acadios. Más tarde, el dominio pasaría a la
ciudad de Babilonia. Donde se destaca el conocido rey Hammurabi, y posteriormente,
los asirios conquistarían casi en su totalidad el terreno de Mesopotamia,
extendiendo el imperio hasta el mar Mediterráneo. Aunque pronto verían su caída
para abrirle paso a un periodo de esplendor bajo el mandato de Babilonia con el
rey Nabucodonosor ll. El cual llegaría a su fin, junto con toda la civilización
mesopotámica, cuando los persas se apoderan de Asiria y Caldea.
Las culturas de la región de Mesopotamia están
acostumbradas a la guerra, si una de ellas llegaba a tener ventaja sobre algún
recurso preciado como lo era el agua, entraban en batalla. Toda su sociedad
estaba basada en el miedo, por lo que se necesitaba tener una forma de control
que pudiese rebasar los estragos de la guerra, así que se va a generar el
concepto de propaganda política justificado en las grandes fuerzas
destructivas. La población entonces va a responder a un sistema de castigo, un
circuito de mando a partir de temores.
Además de estar basadas en el miedo, las poblaciones
tendrán estructuras donde existen clases sociales ligadas íntimamente a el
valor económico. Lo cual provocaría la invención de sistemas de pago, el inicio
de los impuestos: el tributo. Los primeros testimonios escritos, atribuidos a
los sumerios, surgieron de la necesidad de llevar el control de los tesoros,
como un auxiliar de contabilidad. Los arqueólogos han hallado miles de
tablillas de barro y arcilla cubiertas de incisiones hechas con un punzón de
caña, escritura que recibe el nombre de cuneiforme. Aunque, se cree que esta
comenzó con pictogramas.
Los monumentos y creaciones, como imágenes, utensilios,
objetos, edificios, emplazamientos y la escritura forman parte de los restos
materiales más relevantes de la industria humana en las culturas de
Mesopotamia. Pero su testimonio es impreciso, no suele dar respuesta a todos los
problemas. Las piezas más intactas, develarán su material y origen, permitiendo
indagar en el comercio de la época, pero no responderán a la motivación de su
realización.
Existen ciertas fuentes indiscutibles, que pueden dar
respuesta a los cuestionamientos, que son los escritos donde, a pesar de no
explicar o definir las creencias o religiones que dominaban de manera explícita.
Permiten deducir, por medio de las emociones plasmadas en oraciones y cantos,
sus pensamientos y fundamentos.
Por lo que, gracias a los documentos de la época, se
sabe que la evolución de pensamiento es un hecho. Es posible decir que el
hombre, comenzó con un enfoque mágico religioso pero continuó haciéndose
preguntas. Está en nuestra naturaleza siempre saber más. No solamente
cuestionándonos el qué o el por qué, también el cómo. Hasta lograr componer
narraciones más complejas. Que van a sostenerse en un sistema mitológico.
Los mitos nacen de la misma necesidad de explicar y
dar sentido a el mundo que nos rodea de una forma mucho más entretejida. Pero,
además, son la manera en que les damos forma a las fuerzas naturales, pues
nacen de copiar el entorno. Es ahora, donde el nombre de “dios” tendrá lugar. Sin embargo, en ninguna de las dos lenguas
manejadas entre las culturas de la región existe una etimología que explique su
significado. Solamente existe una ayuda semántica proveniente del plano gráfico
gracias a su ideograma.
El concepto de “Dios”
tenía como clasificador, el signo de la estrella. Que también se utilizaba para
el “cielo”, entendiéndose como todo
lo que se encuentra arriba o elevado, por posición o por naturaleza.
Encontrándose así en un plano superior. Por lo que “Dios” será imaginado como algo mayor sobre todo lo demás. La divinidad, bajo sus múltiples presentaciones
personalizadas, se experimentaba ante todo como algo grandioso, inaccesible,
dominador, temible. Pero no existirá sólo una, había para
todas las cosas. Mesopotamia manejará una religión politeísta donde hay una
comunidad de dioses, mejor conocida como panteón.
Dependiendo la zona, las culturas distribuidas van a
tener diferentes maneras de visualizar a los ahora dioses. Quienes son
personificaciones hiper idealizadas de estas fuerzas desconocidas naturales. Si
se encontraban en una zona siempre fértil, sus dioses eran vistos como
benevolentes. Pero, si el tiempo árido era lo común, sus dioses serán recios,
austeros. Además, el oficio que desempeñara la civilización con mayor fervor
iba a determinar su relación con los dioses. Los que son cazadores, están
acostumbrados a matar para obtener algo, los seres superiores exigirán algo a
cambio. En los agricultores, la relación es reciproca, como la tierra.
Acompañado a su manera de copiar el entorno para
traducirlo en un relato idealizado, el pensamiento que va a tener mayor
presencia y frecuencia, no solamente en Mesopotamia sino en cualquier
civilización que se acentúe cerca de ríos, será el pensamiento dual. Ya que en
los ríos existen dos lados, los hombres lo interpretaban como un equilibrio. Un
sistema de contrapartes donde había dioses generosos y otros no, así que se van
a formalizar en pares, teniendo uno positivo y otro negativo, que, no
necesariamente es malo. Para ello existe el término de demonio, que si bien no
existe ni en sumerio, ni en acadio. Son entendidos como tal, pues eran manejados
como algo inferior a los dioses, pero superior a los hombres, siendo ellos el
origen de los males del mundo.
Por eso, el arte se convirtió, lejos de los valores
plásticos o estéticos que les atribuimos hoy en día, en el medio para
transmitir ideas de poder y autoridad. Consolidando normas de convivencia,
roles sociales o pensamientos; y manifestando lo divino no sólo en la
simbiosis, también en la monumentalidad. Exponiendo su fervor religioso con la
exaltación real. Es por ello por lo que las construcciones más significativas
fueron los templos y palacios.
En Mesopotamia se tuvo una arquitectura muy
particular debido a los recursos que tenían disponibles. Como soporte se
utilizarán simples muros de carga fabricados de ladrillo de adobe y a manera de
recubrimiento a veces podía aparecer vidriado. Sus sistemas constructivos
fueron el abovedado y el adintelado. En la historia de la región existieron
tres edificios primordiales: el templo, el zigurat y el palacio. El templo nace
de la necesidad de tener un centro de culto, este se encontraba conformado por
una planta rectangular alargada con muros articulados por un contorno dentado. Modelo
que se presentará continuamente, a veces siendo complementado o modificado por
detalles puntuales, que tendían a encerrar el templo entre murallas.
La torre escalonada, mejor conocida como zigurat,
tiene origen en la elevación con la que se caracterizaba a los templos. Se
compone de distintas plataformas por medio de escaleras externas. En la cima se
ubicaba el lugar donde se celebraban ceremonias. Se contaban con enormes
escalinatas o rampas que remarcaban la jerarquía entre dios y los hombres.
El palacio, tal como describen las ruinas de Mari y
las reconstrucciones hipotéticas del palacio de Hammurabi, retomará a los
templos, convirtiéndolos en centros religiosos, económicos y políticos. Se
ubicará como la principal edificación en los centros de las ciudades; reconocidos
como el símbolo del privilegio del rey. Compuestos alrededor de patios
irregulares, donde se establecían las dependencias públicas desde donde se
dirige el estado. A los ojos del pueblo, gracias a que el rey y los dioses
comparten el mismo espacio distante y sagrado, el gobierno se convierte en
mediador entre la sociedad y los dioses.
La arquitectura funeraria, y el culto a la muerte,
esencial en otras regiones y civilizaciones cercanas, presenta un desarrollo
casi nulo en Mesopotamia. Se pensaba que la muerte era un hecho definitivo, en el
que no existía un más allá. Sólo en la ciudad de Ur se encuentran tumbas de
importancia, dedicadas a personajes relevantes.
Por otro lado, la escultura en primera instancia
estuvo al servicio de ideas religiosas. Tuvo origen en los relieves de vasos usados
en rituales, donde se describen festividades anuales. Su desarrollo hacia temas
profanos, en donde tienden a enaltecer la figura del gobernante y tienen un
carácter narrativo, sucedió cuando las dinastías sumerias se acentuaron. Los
humanos tendrán un tratamiento naturalista, donde era común la frontalidad y el
hieratismo. Mientras que los animales fueron tratados con realismo. Ambos
representados con atributos significativos.
Existieron varios tipos de esculpidos en piedra y
realizados sobre ladrillos esmaltados. Las más características son figuras de
hombre o mujer de pie, denominados orantes. Donde los ojos eran la parte más
llamativa pues en adición a su tamaño exagerado, el relieve de ellos estaba
realizado con incrustaciones de piedra.
Debido
a las características del país y a las técnicas empleadas, como el temple o fresco,
la pintura que se conserva hasta hoy en día es muy poca. No obstante, se puede
saber que la temática manejada en ella era la misma que en la escultura, sólo
que sin volumen o perspectiva. Además, esta fue estrictamente decorativa. Se
empleó para lograr resaltar y embellecer a la arquitectura ya sea política
religiosa o doméstica. El mosaico, taracea y el ladrillo vitrificado, técnicas
de mejor durabilidad, fueron utilizadas para moldear relieves. La cromática es
corta, a la fecha, prevalecen el blanco, el azul y el rojo.
Si bien muchas de las
formas fundamentales del arte de la región, como el zigurat, se mantuvieron
indemnes a lo largo de casi toda su historia, otras expresiones artísticas
fueron cambiando con el correr del tiempo. Por lo tanto, es muy difícil posicionar
a el arte mesopotámico como una unidad uniforme. Pero dada la condición de los
materiales que han llegado a nuestros días que denotan un marco geográfico con abundante
barro pero con inexistente piedra, se obtiene un arte perecedero que es mejor
apreciado en su totalidad, pues es tan sólo un pálido reflejo de lo que debió
ser en su esplendor.
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BIBLIOGRAFÍA, REFERENCIAS Y RECURSOS
LIBROS
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Metropolitan Museum of Art. Visita virtual.
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RECURSOS
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